14 de julio de 2025
Los primeros mil días
Los primeros mil días: el desarrollo del bebé en sus primeros dos años Los
primeros 1.000 días de vida —desde la concepción hasta los dos años— constituyen
un período clave para el desarrollo físico, neurológico, emocional y social del
ser humano. En esta etapa se construyen los cimientos del futuro bienestar del
niño, y cada experiencia vivida tiene una huella duradera en su crecimiento.
¿Qué ocurre durante los primeros meses?
Durante los primeros meses, los
movimientos del bebé son reflejos y están gobernados por estructuras primitivas
del cerebro, como el tronco encefálico. A medida que madura el sistema nervioso,
esos reflejos dan paso a movimientos voluntarios gracias al proceso de
mielinización, que acelera la transmisión de los impulsos nerviosos. Al nacer,
el bebé mantiene una posición fetal con brazos y piernas flexionadas y puños
cerrados. Presenta reflejos como la succión y la presión palmar. A los 3 meses,
levanta la cabeza y comienza a seguir objetos con la vista. Entre los 6 y 9
meses, se sienta sin apoyo y comienza a gatear. Entre los 12 y 18 meses, inicia
la marcha autónoma y puede decir sus primeras palabras.
Desarrollo motor, social
y del lenguaje
Durante los dos primeros años, se observan importantes hitos del
desarrollo: Motor: Desde el control cefálico, la sedestación, el gateo y la
marcha, hasta correr antes de los dos años. Lenguaje y socialización: El bebé
pasa de balbucear y comunicarse con gestos a usar palabras para expresar deseos,
afecto y emociones. Juego simbólico y conciencia del “yo”: Se desarrolla hacia
los 18-24 meses, junto con la imitación de acciones y el interés por jugar con
otros niños.
Alimentación y salud
La alimentación también marca una diferencia
clave en el desarrollo: Lactancia materna exclusiva se recomienda hasta los 6
meses. Después, se introduce la alimentación complementaria, priorizando
alimentos ricos en hierro y zinc. La leche materna es un fluido vivo que se
adapta a las necesidades del bebé, y su consumo también contribuye al vínculo
madre-hijo y al desarrollo inmunológico. La aparición de los primeros dientes
puede darse entre los 5 y 12 meses. A partir de ese momento, se debe comenzar
una higiene bucal adecuada, incluyendo el uso de hilo dental con la salida de
las primeras muelas.
Sueño, colecho y pantallas
Dormir boca arriba reduce
significativamente el riesgo de muerte súbita del lactante. Se debe evitar el
uso del andador tipo “tacataca” y priorizar el desarrollo motor natural. El
colecho puede favorecer el apego, pero debe realizarse con precauciones,
>evitando prácticas de riesgo en los primeros meses.
El uso de pantallas está
completamente desaconsejado antes de los dos años, ya que interfiere en el
desarrollo del lenguaje, la atención y la interacción social.
¿Baby-led weaning
o triturados?
Ambas opciones son válidas y pueden adaptarse a cada familia. El
método de alimentación dirigida por el bebé (baby-led weaning) favorece la
autonomía y la integración en los momentos familiares, siempre que se eviten
riesgos de atragantamiento y se mantenga una nutrición adecuada.
Señales de
alerta
Cada niño tiene su propio ritmo, pero existen hitos que los pediatras
utilizan como referencia. La escala Haizea-Llevant, por ejemplo, ayuda a
monitorear aspectos como el juego, el lenguaje, la socialización y la
motricidad. La falta de juego simbólico a partir de los dos años o la pérdida de
habilidades ya adquiridas son señales que deben consultarse con profesionales.
Fuentes: Asociación Española de Pediatría Sociedad Española de Neurología
Pediátrica Sociedad Española de Odontopediatría Organización Mundial de la Salud
Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña Escala Haizea-Llevant
Inventario de Desarrollo Battelle (TEA Ediciones)
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